¡Buenas tardes chicas! Para inaugurar el blog os vengo a hablar de dos productos que tras varios usos me han encantado: El champu de camomila y el aceite de almendras dulces.

Cuando pequeña tenía el pelo rubio pero al ir creciendo se me fue poniendo castaño oscuro y como a mi siempre me había gustado el rubio me teñí. Hasta el día de hoy he tenido el pelo de muchos colores desde rubio hasta caoba pasando por un naranja otoñal y el castaño, incluyendo las mechas californianas. Se puede decir que me he cansado de castigar mi pelo con tintes y derivados; por eso hace algunos meses, tras un tinte castaño chocolate el cual fue desapareciendo con el paso del tiempo, dejé de teñirme y decidí dejar salir mi color natural. Actualmente tengo la parte superior de mi color y las puntas un color más claro.

A un mes de que la primavera entre he empezado a utilizar el champú de camomila para que mi pelo, cuando empiece a darle los rayos del sol de este tiempo junto con el de verano, se vea con destellos rubios naturales sin quitar mi color castaño ni estropear mi pelo.

También he empezado a utilizar el aceite de almendras, el cual tiene varios usos. Tras lavarme el pelo de forma normal y que se me seque (puede ser con secador o naturalmente) me echo un poco de aceite en la palma de la mano y lo pongo en las puntas del pelo haciendo que mi pelo quede completamente suave y me ayude a cerrar las puntas quemadas y abiertas. Al principio no me lo creía mucho porque pensaba que me iba a dejar el pelo con mucha grasa pero ha sido todo lo contrario

A todas las chicas que sois rubias de nacimiento y se os ha oscurecido el pelo os recomiendo el champú de camomila, es muy bueno y lo podéis encontrar en herboristerías o en alguna tienda cercana y para las chicas con el pelo graso y grueso, como yo, os recomiendo el aceite de almendras ya que os lo deja muy suave y a mi me ha gusta mucho el resultado (aparte deja un olor magnífico). También lo podéis encontrar en herboristerías y en las tiendas cercanas.