Si hay algo que me gusta de los fin de semana en verano es la piscina y el sol. Como cada sábado, nos fuimos a San Bartolome, lo único que tenía de diferente es que iban mis primas pequeñas. Estuvimos ese día en la piscina e intentando coger un poco de color en la piel. Por la noche, en comparación a dos fin de semana atrás hacía un poco de frío pero mi madre, mi tía y yo estuvimos en la terraza. Al día siguiente no me dio tiempo ni a desayunar cuando empezó a llegar parte de mi familia para pasar allí el domingo. Fue otro día de piscina, mucha tortilla de patatas (8 para ser exacta) y familiar, muy familiar.